El Kyrios Glorioso en San Pablo

EL KYRIOS GLORIOSO EN SAN PABLO

En torno al tema del Señor se puede establecer toda la teología de San Pablo


1. Jesús, Señor del cristiano

Pablo ve al hombre como esclavo del pecado, de la ley y de la muerte. Cristo es Señor del hombre convertido a la fe, porque pagó el rescate del cristiano.

Pablo se siente esclavo rescatado: liberado del pecado y de la muerte; y por eso servidor de su Señor. Servidor en libertad (Gal 4 – 5).

Al encontrarse con el Kyrios el hombre cambia en su ser, obtiene la victoria sobre la muerte, la ley y el pecado, obtiene la libertad verdadera, la salvación. El Cristiano es un ser comprometido con el Señor: ética cristiana = ética de libertad, de amor y servicio a este Señor.

El cristiano debe dejarse conducir por el espíritu del Kyrios.


2. Jesús, Señor de la comunidad

La comunidad pertenece al Kyrios, se apoya en él.

Comunidad de Jerusalén: acentúa aspecto escatológico = Ven Señor Jesús. Helenistas: enfatizan la presencia actual del Señor en la comunidad = el Señor viene, está viniendo; especialmente en el culto.

El Señor se une de manera íntima y exclusiva a la comunidad. La comunidad se funda en el Kyrios: por el bautismo (Rom 6); en la eucaristía (1Cor 10, 16 – 22); en las alabanzas (1 Cor 1 y 2).

El Kyrios dirige a la comunidad. Distingue entre los mandamientos que la comunidad tiene del Kyrios y lo que el mismo sugiere a la comunidad. El Kyrios dirige a la comunidad por sus enseñanzas en su estadio terrestre: las palabras del Jesús histórico. Sobre ellas el Kyrios actúa para orientarlos en su actuar.

Provoca decisiones en la comunidad (1Cor 5, 4). Indica a cada uno el servicio que ha de prestar en la comunidad (1Cor 12). Recuerda a la comunidad los mandatos del Señor.

El Kyrios vive con la comunidad en una relación de tensión escatológica entre el presente y el futuro. Actúa en el presente pero su acción es un impulso hacia el futuro. Existe ya una unión con el Señor en el presente, expresada plenamente en el culto eucarístico: un solo cuerpo en el Señor; pero esa presencia es todavía propia de peregrinantes: es imperfecta, se da en medio de pecados, persecuciones, tensiones.

Esta tensión escatológica conlleva un compromiso por parte de la comunidad frente al Señor: preparar la Parusía. El juicio del Señor a la comunidad aparece como la última acción salvífica de Dios.


3. Jesús, Señor del Cosmos

Fil. 2, 5 - 11; Col. 1, 15 - 20; Rom. 8, 18 - 25; Ef. 4, 1 - 16.

La idea de una presencia de Dios en el Cosmos, de una acción de Dios dirigida a la salvación de toda la creación, es una idea antigua: ya en Proverbios 8; también Eclesiástico. Además existía en todas las religiones helenísticas, especialmente en el medio estoico y gnóstico.

Col. 1, 15 - 20. Existían en Colosas errores vinculados al culto a ángeles o a divinidades intermedias: agiones, eones. Si bien la salvación venía de Cristo, para los asuntos temporales (comercio, guerras, cultura) había que hacer pactos con estas divinidades intermedias que tenían dominio sobre los elementos del mundo.

Himno pre – paulino (esto es bastante probable), de origen cultual.

Hay un solo Señor que tiene el dominio sobre todas las cosas. El está en el comienzo de la creación: fuerza creadora. Todo converge hacia El.

Influencias de la literatura bíblico – sapiencial: Prov 8; Ecclo. 24; Sab. 7, 22 - 30; Job 28.

Dos partes: 15 – 18ª = función de Cristo en la creación natural. 18b – 20 = función de Cristo en el orden de la redención. 18ª = intermedio y vínculo de unión.